El presidente de British Airways reclama un trato especial para quienes vuelan con frecuencia
[b]El presidente de British Airways reclama un trato especial para quienes vuelan con frecuencia[/b]
El presidente de British Airways, Martin Broughton, ha abogado por aligerar las medidas de seguridad en los aeropuertos en el caso de viajeros frecuentes y fiables.
En un discurso en el Discurso de Logística y Transportes, de Londres, del que informa el Financial Times, Broughton dijo que un piloto de aerolínea y un estudiante yemení, por poner un ejemplo, no tendrían que someterse a los mismos controles de seguridad. Broughton criticó las medidas exageradamente estrictas que EEUU exige aplicar a los viajeros que se dirigen a Norteamérica y se quejó de que un miembro del consejo de dirección de British Airways hubiese tenido que someterse a un segundo control más riguroso.
«Lo mismo ocurre con gente célebre como (el ex secretario de Estado norteamericano) Henry Kissinger o con muchos niños», dijo el presidente de la aerolínea británica, quien abogó por la aplicación de controles que tengan en cuenta el nivel de riesgo en lugar de los actuales, de carácter indiscriminado.
Broughton refutó eventuales críticas a esa actitud por su supuesto carácter discriminatorio y dijo que «no tiene sentido hacer que todo el mundo sufra las mismas inconveniencias» para no ofender a nadie porque «reduce la calidad de la seguridad al disipar los recursos» disponibles.
«Los aduaneros prestan, por ejemplo, mucha más atención a los vuelos que vienen de Jamaica que a los procedentes de Arabia Saudí si se trata de buscar droga. ¿Por qué? Porque se sabe que es de allí de donde vienen las drogas. Es un simple cálculo de riesgo», señaló.
El presidente de BA elogió el Global Entry System de EEUU, que permite a determinados viajeros pasar más rápido por las colas de inmigración por una tarifa de 100 dólares una vez superados ciertos controles. Ese tratamiento preferente podría aplicarse también a las colas de los controles de seguridad en los aeropuertos de forma que los viajeros frecuentes y fiables se viesen sometidos a chequeos «más ligeros», algo que estudia actualmente la Asociación Internacional del Transporte Aéreo.