St. Maarten presenta actividades culturales y ecológicas
Quien viaja a St. Maarten no imagina que una isla que abriga habitantes de 77 nacionalidades diferentes, 14 casinos, unos 400 restaurantes y 37 playas deslumbrantes pueda ofrecer todavía más.
Además de sus impecables arenas blancas, el mar de un resplandeciente turquesa y el sol brillando todo el año, St. Maarten cuenta también con opciones para quien desea ir más allá y explorar sobre la historia y la ecología local de manera divertidas.
Entre las actividades destacadas se pueden nombrar las siguientes:
Butterfly Farm: Creado por William Slayter en 1994, este lugar, hogar de cientos de mariposas, está localizado en Galion Beach Road, St. Martin (en el lado francés de la isla). Allí, la observación de las variadas especies de plantas ya es por sí mismo un atractivo al que se suma la magia de más de 35 clases diferentes de mariposas que vuelan libremente entre los visitantes, engalanando con color y belleza el paseo. Esta experiencia especial de caminar entre las atractivas mariposas es la fórmula de éxito de Butterfly Farm, que ya atrajo a más de 30 mil visitantes. Adicionalmente, el turista puede adquirir souvenirs en la tienda anexa y participar de una charla en la que se explica en menos de 30 minutos la increíble jornada de transformación de larva en mariposa. www.thebutterflyfarm.com
Buceo en Little Bay: Las aguas templadas y cristalinas de St. Maarten son una invitación irresistible para divertirse entre las olas, practicar deportes náuticos o simplemente aprovechar tardes tranquilas y románticas mirando el mar. Pero existe una experiencia mucho más emocionante cuando se descubre St. Maarten debajo del agua. Con magníficos naufragios poblados por corales y diversas especies marinas, la isla tiene la gran ventaja de un mar extremadamente límpido, lo que ha atraído a buzos de todo el mundo por causa de la excelente visibilidad. Para aprovechar la naturaleza de esas aguas, el visitante precisa un certificado PADI (Professional Association of Diving Instructors), otorgado por la asociación internacional que certifica la actividad de buceo recreativo. Para quienes no lo poseen, existen cursos básicos de apenas tres horas capaces de enseñar todas las técnicas de respiración, manejo de los equipos y actividad práctica, además de una variedad de locales que organizan excursiones, y venden o alquilan equipos de inmersión. El Sonesta Great Bay es un ejemplo de esto. Localizado en un área privilegiada para buceo y snorkeling, el resort posee una tienda y una división especial para compra de atracciones. La ventaja es que las actividades pueden ser reservadas cuando el huésped llega al hotel o al momento de la reserva, ganando tiempo.
Sea Trek St. Maarten: Para quienes viajan con niños mayores de ocho años, pero que todavía son pequeños para adquirir un PADI y bucear con sus padres, existe una opción para vivir una aventura submarina. El Sea Trek permite una inmersión sin la necesidad de que el participante sepa nadar. Por medio de un casco especial atado a un cabo se desciende por una ladera sumergida a una profundidad máxima de dos metros, con lo cual todo el mundo puede zambullirse de forma segura para ver de cerca naufragios cubiertos con corales, submarinos hundidos y peces de colores. Un equipo especializado acompaña al grupo durante todo el recorrido.
Seaworld Explorer: Para las familias hay otra forma de vivir una jornada submarina en el Caribe, apta para todas las edades. El Seaworld Explorer, de Atlantis Adventures es un barco semi sumergible que lleva a los visitantes de forma segura a explorar el fondo del mar sin mojarse la ropa. El tour es popular entre todas las personas interesadas en la vida marina y entre los padres que desean que los niños pequeños se lleven algún aprendizaje de sus vacaciones. Durante el recorrido las personas aprenden mucho sobre el delicado ecosistema de los mares, los arrecifes, además de observar la maravillosa biodiversidad de la isla y sentirse parte de las historias de Julio Verne.
St. Maarten National Heritage F.D. y Sint Maarten Museum: Localizado en Philipsburg, capital del lado holandés de la isla, el museo forma parte de la historia, geología y herencia cultural de la zona. En él es posible encontrar datos sobre los pueblos Arawaks, originarios de la zona del Orinoco en Venezuela, que migraron para las Antillas y comprender mejor los orígenes de la isla. Existen ejemplos de utensilios, elementos utilizados para la pesca, la agricultura y la explotación de las salinas. El museo ofrece también exhibiciones de la historia marítima de la región, con artefactos y modelos de embarcaciones, como el famoso barco de guerra Proselyte, fabricado en Holanda en 1770, que naufragó en Great Bay en 1801.
Fort Amsterdam: Quienes aprecian la historia, no pueden dejar de visitar el fuerte Amsterdam. Localizado en Philipsburg, en la península entre Great Bay y Little Bay, fue construido en 1631 por los holandeses, convirtiéndose en la primera fortaleza militar del Caribe. Además del valor histórico de las murallas y ruinas de cañones, el turista tiene una visión panorámica tanto de Great Bay como de Little Bay y se puede deleitar con una espectacular vista de las olas rompiendo en el mar azul del Caribe.