viernes, 17 de mayo de 2024

UE y USA acuerdan estrategia para potenciar la seguridad aérea

La Unión Europea (UE) y Estados Unidos acordaron en Toledo (centro de España) una estrategia conjunta para potenciar la seguridad aérea, puesta en duda tras el atentado frustrado de Detroit del pasado diciembre.

«El atentado frustrado del pasado 25 de diciembre realizado por una persona que volaba desde África a los Estados Unidos vía Europa, pone de manifiesto la naturaleza internacional de esta amenaza», dice la declaración conjunta.

El ministro español del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, presidente en ejercicio del Consejo de Ministros de la UE, afirmó en rueda de prensa que el terrorismo internacional «es una amenaza común» y que como tal debe ser combatida. El objetivo es identificar «tan pronto como sea posible» a las personas que «representen un riesgo para nuestra seguridad.

Para ello, la UE y Estados Unidos deberán incrementar la seguridad de los documentos de viaje, potenciar la utilización de los elementos biométricos y reforzar la vigilancia y la inspección de los pasajeros.

Pero la UE y Estados Unidos no centran su lucha tan sólo en las personas, sino también en «las sustancias ilícitas» que puedan portar los presuntos terroristas, o que simplemente facturen como mercancía. Un tercer aspecto sería el de «trabajar con otros socios a nivel mundial para aplicar los cambios necesarios en sus regímenes de seguridad aérea».

Rubalcaba afirmó que en la lucha contra el terrorismo aéreo había que «esforzarse y colaborar más» e informó de que la Unión Europea iba a acelerar los trabajos para la configuración de un registro europeo de pasajeros, del que carecía hasta ahora, «para reforzar el sistema común de seguridad».

El ministro afirmó que ese registro es «fundamental» y que se daba «la paradoja» de que, aunque hay uno de los pasajeros que vuelan hacia Estados Unidos, no lo hay entre los Estados miembros de la UE «cómo si un terrorista no pudiera abordar un avión desde Heathrow (Londres) a Barajas (Madrid)».

El comisario europeo de Interior, Jacques Barrot, comprometió al Ejecutivo de la UE a «acelerar en lo posible la configuración del registro», así como de una serie de informes que valoren la utilización de los escáner corporales en los aeropuertos de la UE. Tal como reconocieron Rubalcaba y el propio Barrot, la Comisión tiene que pronunciarse sobre si los escáner son utilizables desde el punto de vista de la salud, la efectividad y las libertades individuales antes de que la UE adopte una decisión conjunta sobre ellos.

Dos Estados miembros de la UE, Holanda y el Reino Unido, han comunicado ya su intención de utilizar estos escáner, mientras que Alemania, tal y como reconoció a un grupo de periodistas el ministro del Interior, Thomas de Maizere, valora la posibilidad de ponerlos en marcha de aquí al verano, a la espera del resultado de los informes y de una decisión conjunta.

La secretaria norteamericana de Seguridad Nacional, Janet Napolitano, afirmó que Estados Unidos tiene muy claro que los escáner son un «elemento más» en favor de la seguridad aérea y que está dispuesto a utilizar. «El escáner corporal es un instrumento que nuestros países pueden utilizar. En Estados Unidos hemos optado por esta tecnología. Ahora tenemos 40 y el próximo año incorporaremos hasta 450», dijo Napolitano. La colaboración internacional era indispensable si se quería tener éxito, porque «Al Qaeda dedica sus mejores cerebros para violar los sistemas de seguridad».

Napolitano reconoció que «el atentado de Detroit ha supuesto un evidente cambio de estrategia en la acción terrorista: «el reclutamiento de una persona pensando que ella sola puede sortear todo el dispositivo de seguridad». «Por eso debemos potenciar la detección de explosivos, la de los metales, de los líquidos peligrosos», con todos los instrumentos a mano, incluso los tecnológicos, según Napolitano.

Napolitano dijo que en Toledo «el escáner no había sido el centro de discusión» y que el debate se había centrado sobre todo «en la manera en que todos podemos colaborar conjuntamente». En el atentado de Detroit, dijo Napolitano, «la compañía aérea era de Estados Unidos, pero había pasajeros de más de 17 países. Más de cien pasajeros no eran estadounidenses, por eso todos los países tienen aquí algo que decir».

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